Nuestros Peques y la Educación en Nutrición

¿Es posible generar en los  más pequeños las emociones necesarias para que integren una alimentación saludable día tras día sin premios, ni prohibiciones?

Sí, es posible, pero cuando hablamos de la alimentación de un niño, las emociones juegan un papel fundamental y es necesario conocer las pautas, recursos y herramientas necesarias para conseguir crear un vínculo de amor y respeto hacia el alimento de manera que el interés por la alimentación natural y saludable se genere por iniciativa propia.

Actualmente todas las personas, incluidos los niños, cada vez comemos más comida procesada, pensada para paladares simplificados y llena de aditivos que crean adicciones, lo que hace imposible que un niño se auto-regule con ciertos alimentos y que podamos confiar en el desarrollo de su paladar de forma natural.

En los primeros años de edad, los niños imitarán la alimentación de sus padres, por lo que cuidando nuestra propia alimentación y que los alimentos que estén en nuestra despensa  sean saludables, éstas serán nuestras herramientas en una primera etapa , pero conforme crecen, la observación y la imitación de los niños va tornando a sus otros círculos sociales (escuela, amigos) y es en esta etapa donde la mayoría de los padres tendemos a recurrir a prohibiciones y premios lo que emocionalmente crea en el pequeño un rechazo al sentir que es una obligación comer pero a la misma vez es necesario para recibir un premio y aumenta su deseo por los alimentos “prohibidos”, lo que nos llevará a generar conflictos continuados.

La Educación en Nutrición es la clave, para que conozcan la relación que existe entre la alimentación y la salud y los alimentos que si forman parte de una alimentación saludable, pero esta educación deberá integrar los tres criterios enarmonia, la naturaleza, la cultura y las emociones, para que sea efectiva y se debe transmitir a través de  juegos, cuentos, historias, para conseguir  que el propio niño se autoregule y generar en él, el vínculo y el arraigo hacia los alimentos que los nutren y los cuidan de verdad, hacia las personas que cultivan y producen lo que nos comemos y hacia la madre tierra de dónde provienen los alimentos.

 

Las herramientas con las que contamos son varias pero nos centraremos principalmente en tres:

La primera herramienta es la Naturaleza, que puede ser un bosque o un huerto, dónde el niño pueda tener contacto con la tierra. Cultivar y Recolectar alimentos con la participación de los niños es necesario para que conozcan el origen de los alimentos, pero para que se genere una emoción asociada que cree un vínculo, es necesario que experimenten en ellos mismos el contacto con la tierra, que vean cómo una semilla se convierte en planta, cómo una flor se convierte en fruto, el sonido de las abejas polinizando, y sientan con todo ello  la autonomía que implica poder recolectar su propio alimento.

La segunda herramienta tiene que ver con la participación de los niños en la cesta de la compra para llenar nuestra despensa de materias primas ecológicas de producción local con una alta calidad nutricional y valores sociales y ambientales, como puede ser un Ecomercado o una ecotienda. Realiza tus compras con la participación de tus hijos y llena tu despensa con Materias Primas de calidad.

Si queremos que nuestros pequeños conozcan y valoren los ingredientes básicos que conforman las bases de una alimentación saludable, es necesario que vean ante sus ojos dichos alimentos y no otros cuando realizamos la compra de los alimentos para casa.

El Ecomercado es una herramienta excepcional para la educación en nutrición de nuestros pequeños porque con él podrás:

  • Proteger el paladar de nuestros hijos

Los primeros años son clave para educar el paladar y con esto nos referimos a que la primera fruta y verdura que pruebe un niño esté en su punto de maduración para que su sabor sea auténtico. Con esto también nos referimos a darle alimentos elaborados de forma artesanal.

Para la mayoría de los niños existen dos sabores, dulce y salado.  Este es el lugar para que descubran todos los sabores naturales que nos ofrece la madre tierra.

  • Productos que integran cultura

Los productos que aparecen en un ecomercado integran la esencia cultural de los pueblos, lo que nos permitirá contar mil y una historias, anécdotas  y refranes  que ayudarán al niño a identificarse con la fruta y la verdura de su territorio.

  • Detrás de cada alimento existen personas.

En un ecomercado podemos explicarles a nuestros niños que aquellas personas que nos atienden con una sonrisa, son las que han cultivado, producido o elaborado con todo su cariño y amor lo que nosotros estamos comprando, nuestro alimento, y que sepan que detrás del origen de una zanahoria está la tierra y las manos de una persona.

En Granada tenemos la suerte de contar con la RAG - Red Agroecológica de Granada que organiza en Granada capital el Ecomercado, un espacio donde además de poder llenar nuestra despensa con productos llenos de valores naturales, sociales y culturales, podremos transmitir dichos valores a nuestros pequeños así como generar las emociones necesarias que sienten las  bases para comenzar la educación en nutrición.

La tercera y última herramienta de la que hablaremos es la cocina. Una de las herramientas más importantes con la que contamos para que nuestros hijos se alimenten de forma saludable es involucrarlos en la cocina.

La cocina se convierte para los niños en una sala de juegos con multitud de estímulos dónde disfrutan y se divierten, lo que hace que se cree el ambiente necesario para educarlos en nutrición de una forma muy amena que cala en el corazón de los niños de una manera sorprendente.

Cuando los niños cocinan pueden experimentar todo el proceso desde el principio al fin para preparar  por ejemplo, un potaje o un guiso, y conocer los diferentes ingredientes de los que está compuesto.  Esta experiencia genera unas emociones en el pequeño que consiguen que esté abierto a probar nuevas mezclas de alimentos y el simple hecho de querer probar es un paso importantísimo que hemos dado para educar su paladar.

Al involucrar al niño en la cocina también conseguimos que cuando se le ponga un plato ya preparado en la mesa, pueda empatizar con quién lo haya cocinado, un paso importante para que comiencen a valorar el acto de cocinar lo realice él o no.

 

El vínculo que creemos en las primeras etapas con la alimentación acompañará a nuestros hijos en las etapas siguientes y es entonces, dónde poco a poco veremos los frutos de las semillas que hemos sembrado en ellos. Y lo más importante es, que los niños se sientan respetados y escuchados en sus diferentes etapas de alimentación, que las comidas no sean generadoras de conflictos continuamente, que sepamos plantear alternativas y flexibilizar en muchas ocasiones a la vez que educar constantemente en nutrición a través de las herramientas que hemos mencionado.

 

 

Autora del artículo, Loly Masegosa Arredondo

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